La incesante voluntad de poder o de continua creación o de transformación o de autosometimiento.
domingo, 4 de abril de 2010
De ella me enamoró esa vulgaridad tan típica de la clase media porteña. ¿Pero qué más se podía esperar, si yo no era más que un perfecto ejemplo de esa vulgaridad?
El pensamiento más poderoso consume mucha fuerza que antes estaba a disposición de otras metas, obra, así pues, transformador, crea nuevas leyes de movimiento de la fuerza pero no crea una nueva fuerza. En ello radica, sin embargo, la posibilidad de redeterminar y reordenar en sus afectos a cada hombre considerado individualmente.
Nietzsche
El buen soberano no combate el buen guerrero no se exalta El buen vencedor no lucha El buen dirigente no dirige Este es el poder de la virtud del no-combatir. Ésta es la fuerza de utilizar a los hombres Éste es el modo del Cielo Vértice de la Virtud en los origenes
No hay comentarios:
Publicar un comentario