sábado, 11 de octubre de 2008

Fui imaginado por un segundo, y ese fue el error primigenio, el eco del pecado original.

Sin el pecado no habría mundo, y Dios se aburriría mirándose el ombligo.

El pecado es pecado para el hombre, no para Dios.

¿Cómo has de comportarte en el día a día? ¿Cómo Dios o como Hombre?

Quizás como ninguna de las dos cosas.

Quizás sólo como un eco del error, de la vida, de la gloria,
y finalmente, como un amante de la muerte, mi verdadera Madre.

Es que hay hombres que nacemos de atrás para adelante,
curiosamente.

No hay comentarios: